miércoles, 24 de septiembre de 2014

Heroe de Guerra de Stokman


HÉROE DE GUERRA
Stokman




   Mi nombre es Orson, y soy un delfín. Más exactamente un delfín moteado.
  
   Soy inteligente, muy inteligente. No tanto como los humanos, aunque sí más que alguno de ellos. Mi especie siempre ha sido muy inteligente: ya lo demostraron cuando abandonaron la sucia tierra para regresar al mar del que nunca debieron haber salido; además, una especie que practica el sexo por el puro placer de hacerlo no puede ser muy estúpida. Aunque mis congéneres son inteligentes, mi tipo de inteligencia es distinto.  

   Tal vez no debería vanagloriarme tanto de ella, de todas formas no es natural.

   Yo no soy natural.

   Bueno, no quiero decir que funcione a cuerda o algo parecido. No, no es eso. Yo estoy vivo, sólo que nací en un tubo de ensayo y cada vez que veo una cristalería siento la tentación de llamarla mamá. No puedo hablar, al menos no como los humanos, pensaron que con desarrollar mi cerebro ya tenían bastante y no se preocuparon por nada más. Aunque pudiera hablar no les diría nada a ninguno de ellos. Les odio, odio todo lo que son, sus cuerpos fofos y peludos, el sonido de su voz, su olor. Odio lo que me han hecho y odio lo que me van a hacer. No puedo hablar, pero puedo pensar. Oh sí, pienso a toda hora, en todo momento. Estando encerrado en una piscina de diez metros cúbicos poco más se puede hacer.

   Ellos me hicieron lo que soy, y les odio por ello. Antes me llamaban héroe de guerra, ahora me llaman asesino. Ya saben lo que se dice: no puedes fiarte de alguien que siempre sonríe, eso es que trama algo. Fui de utilidad en la última guerra, la verdad es que no sé si fue la última, llevo demasiado tiempo aislado. Entonces nadie me criticaba por matar, todo lo contrario: me animaban a ello.



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   Mis misiones iniciales consistían en espiar a los barcos y submarinos enemigos: ver qué escondían en su interior, cuántos hombres llevaban, cuál era su carga. Es estupendo tener un sonar natural, ahora mismo puedo ver al guardia que hay fuera de mi tanque de agua, está armado, sentado en una silla y su corazón late muy despacio. Tal vez duerma.
Deberían despedirlo. Mis siguientes misiones aumentaron en importancia y diversión, ¿por qué conformarse con espiar al enemigo si podía destruirlo? En principio pensaron en misiones suicidas: me cargarían de explosivos y me detonarían cuando estuviera junto al blanco oportuno. Por suerte logré convencerles de que no lo hicieran, ¿qué mérito tiene coger una bomba y colocarla donde te digan?

   Hasta mis primitivos congéneres podrían hacerlo.

   Al principio no había ningún problema, cogía una bomba lapa y la pegaba en el casco del submarino de turno, me alejaba unos metros y con un simple silbido establecido la hacía estallar. Fácil.

   Nadie tenía ningún tipo de defensa para un atacante tan rápido y tan ágil. Después de que encontraran una posible defensa fue cuando comenzó la verdadera diversión. En cuanto me acercaba a un objetivo una legión de submarinistas iba a mi encuentro. Son tan torpes bajo el agua. En ocasiones me hirieron, tengo cicatrices que lo demuestran. Pero, casi siempre, cuando querían intentarlo, ya era tarde y el agua perdía su transparencia y se teñía de rojo, aunque no importaba: yo tengo sonar. Ni siquiera saben sangrar.

   Son tan blandos.

   Al finalizar la guerra todo cambió. Pasé a formar parte de un equipo de rescate, en realidad yo era el equipo entero aunque ellos pensaban que aceptaba sus órdenes. Ese trabajo duró poco. Se suponía que mi labor era encontrar supervivientes de accidentes en el mar, aunque nunca encontré ninguna persona con vida. Bueno, eso no es del todo cierto, pero es lo que se creían ellos.

   Son tan ingenuos.

   Cuando el equipo se disolvió me enviaron a un espectáculo acuático. Orson, el delfín más inteligente del mundo, es lo que decían los carteles. Ya sé que soy el delfín más inteligente del mundo, por ese motivo no soportaba el hacer los numeritos y las cabriolas que tan felices parecían hacer a mis compañeros. Y además continuaban sonriendo. Lo que menos aguantaba era el pescado, nos lo daban a todas horas. Se supone que debía gustarme, pero lo odiaba. Traté de que todo pasara de la mejor forma posible, incluso había un par de hembras que no estaban nada mal, pero echaba de menos tantas cosas. Un día vino a mí una de las que más notaba a faltar. Fue durante una nueva atracción, bajó un voluntario del público, era un niño rubio, una verdadera monada, y subió a lomos de uno de los otros delfines. Éste, lejos de protestar por la carga, le dio unas vueltas por la piscina sin dejar de sonreír. A mí el estómago me dio un vuelco y no sólo por presenciar una escena tan degradante. Me acerqué hasta ellos y de un golpe en su costado hice que el crío cayera al agua. Todo el mundo gritó, los entrenadores nadaron hacia nosotros a toda la velocidad que sus inútiles miembros les permitían. Demasiado tarde.
2
   Cuando me acerqué al niño empezó a sonreír, ¡el estúpido se reía!, cuando le di el primer mordisco dejó de hacerlo. Cuando le di los siguientes dejó hasta de respirar.
Son tan tiernos los niños. Mata a dos mil personas en la guerra y serás un héroe. Mata sólo a una fuera de ella y serás un asesino. Los hombres y su estúpida doble moral.

   Esa moral estúpida les impidió matarme, todavía no entiendo el motivo, pero eso hace que les odie todavía más. Desde entonces me tienen encerrado, aislado de todo, comiendo pescado nauseabundo. Se creen que ignoro sus planes, pero no es cierto: piensan hacerme una lobotomía, quieren eliminar la parte de mi cerebro que me hace diferente. Quieren que sea como los demás: un estúpido trozo de carne que hace todo lo que se le ordena. ¡Y dicen que eso es de inteligentes!

Les odio por hacerme como soy y les odio por que van a quitarme lo que soy. Les odio por todo lo que han hecho, pero son tan sabrosos.














FIN



















3

6 comentarios:

  1. Muy buena. Muestra en realidad como es la humanidad y su teoria de matar


    Dicen q es bueno en la guerra pero fuera de ella es malo...... que acaso matar no es malo? Claro q es malo y aun seguimos haciendolo. Rodrigo Rangel 2E

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  2. Me gusto mucho, ya que en si el habla de como es nuestra sociedad, aparte de como creemos que simplemente por matar a alguien ya somos victoriosos y creo que dice lo que en realidad pasa.
    Algo que ,as me gusto es que como pensamos que no entienden de lo que hablamos y que pensamos que podemos crear algo y despues tirarlo a la basura pero sin saber que eso ya sabe lo que haremos y nosotros creemos que no .

    Luis Angel Cruz Tenorio, "2-E"

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  3. Muy buena la lectura “héroe de guerra”, porque explica nuestra cruel humanidad ¿Por qué cruel humanidad? Porque nada mas vemos a los animales como un artefacto que seguirán nuestras indicaciones y que no los vemos como seres humanos que realmente son. No nacieron para seguir las indicaciones del hombre. Un ejemplo es el delfín que al parecer no lo cuidamos de forma razonable porque pensamos que solo sirven para las guerras o incluso para divertir a la gente en los zoológicos. Orson un delfín demasiado listo se harto de esto y no siguió las indicaciones del hombre, al ver esto el hombre le quiere quitar su cualidad al delfín la inteligencia.
    DAVID DEL CARMEN HERNANDEZ 2° “E”

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  4. valla, si que nos demuestra lo que es la sociedad,porque querer eliminar algo que tu mismo creaste? Despues de ocuparlo te desechan eso fue lo que nos narra lo historia pues el principio piensan ''oh sera tan buena idea,es un animal inteligente'' pero cuando su ''animal'' comienza a razonar que es lo que pasa te das cuenta que verdaderamente es algo demasiado cruel.
    si haces algo dentro de un contexto esta bien,pero si lo haces fuera esta mal
    Alessandra Ramírez 2 E

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  5. Trata sobre la realidad de los humano y de como mataban de que en la guerra matar era bueno pero fuera de ella no de que nosotros solo vemos a los animales como un entretenimiento como los delfines en circos y zoológicos que nosotros no sentimos culpa por matar a algo mas débil que nosotros y que el destruye algo que el creo.


    Luis Alberto Macip Lucas 2° "E"

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  6. "Mata a dos mil personas en la guerra y serás un héroe. Mata sólo a una fuera de ella y serás un asesino"
    Sin duda, esto nos muestra la estúpida doble moral que tenemos la mayoría de los humanos, convertir a un animal en una maquina de guerra para el exterminio de personas y tiempo después querer destruirlo por atacar a un niño, pero ellos no se dan cuenta que el solo hacia lo que le enseñaron, sin saber que ellos tienen toda la culpa, por que nunca se pusieron a pensar las consecuencias que tendría crear a un ser único como Orson con una inteligencia mayor a la de algunos humanos. Es algo interesante ¿no? Que un delfín razone mas que nosotros ¡Claro! siempre tenemos que ser unos ingenuos.

    Alejandra Ramírez Cruz 2º E

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